Desde los años sesenta, se hizo famosa la expresión "repùblica bananera" para nombrar a los países centroamericanos (productores de bananas), señalando con ello su inestabilidad política y su poca seriedad en la administración. de ahí que luego a todo país con poca estabilidad en su instituciones, se le llamara "bananera".
Dentro de las carreras de la Universidad, parece que este apelativo le corresponde a religión. Tenemos una historia larga de Centros de Alumnos desmantelados, de períodos sin organización y de poca seriedad frente a los desafíos universitarios. hasta las parvularias son más organizadas que nosotros, ya han tenido dos centros de alumnos en perfecto orden.
Este año, hicimos el intento de organizarnos, a través de un proceso de elecciones ordenado y formal que dio como resultado el centro de Alumnos actual. Sin embargo, la carrera sigue dando síntomas de poca seriedad. Dos llamados a elaborar los estatutos quedaron en nada, porque nadie llegó. se proyectan actividades que nadie apoya, y en pleno congreso de teología, nuestro presidente informa, con el mayor relajo que puede haber, que renuncia a su cargo por motivos personales.
A esto hay que sumar la ausencia de Asambleas desde el paro hasta la de la semana pasada, donde la Asamblea fue informada de la renuncia, la que era efectiva desde semanas antes, el intento de juntar firmas para echar al jefe de Carrera sin motivo alguno, y un proyecto de estatutos que nisiquiera tiene artículos, y donde quedan muchos cabos sueltos y aparecen cosas que son absolutamente desubicadas.
Con respecto a esto último, creo que es necesario tomar las cosas con más seriedad, si en realidad se quiere que la carrera sea tomada en serio, como se suele decir en las eternas conversaciones sobre el problema, pero que no terminan en nada. Y para que seamos serios se necesitan dos cosas. Que los que somos parte de la Carrera asumamos con protagonismo y seriedad nuestra participación, y que nuestras autoridades le den peso a la cosa, actuando de manera ordenada y sistemática.
Esto quiere ser un llamado a enfrentar los desafíos que se vienen: la redacción final de los estatutos y el nuevo proceso eleccionario, para así consolidar un proceso que se inició con mucho esfuerzo y que puede irse al tacho de la basura una vez más, si no asumimos las cosas con responsabilidad y seriedad.
Atentamente, el Chacal.
